No sé lo que busques de mí
pero es obvio que no podrás amarme,
que siempre buscarás algo más,
que la distancia es un pretexto
y que los tiempos son las pruebas,
no sé lo que desees de mí
y de mi piel que tiembla al sólo tacto
de tu aliento tibio al besarme,
pero hay algo que no logro descifrar
en nuestros ávidos encuentros
en que me cuentas de tus sueños
y te lamentas de tus días…
te vendo la esperanza que chorrea
entre mis manos cansadas,
te ofrezco la poesía que escribo
a cada atardecer en que te pienso,
te regalo esta vida que lenta,
llanamente, no logra deshacer
el recuerdo de lo que alguna vez,
en un instante, te hizo tanto daño.
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