¿Qué pasaría si te abandonara un domingo,
si al anochecer te dieras cuenta de que no estoy a tu lado,
de que no he dormido como todos los lunes, los martes
y los miércoles en que reñimos por la cena?
¿qué pasaría si el domingo no estuviera en casa,
si todo se redujera a alimentarte de las sobras
de calor que hay en mi almohada,
si aún encontraras frío el lado de mi sábana
y si no hubiera manos frías que tocaran tu espalda?
¿qué sucedería si no me encontraras,
si dedujeras, por mi ropero vacío, que me he ido
y que mis zapatos favoritos se han quedado en el olvido?
¿qué pensarías el jueves y el viernes, quizá que regresaré
cansada de andar toda la semana y que el sábado
me quedaré dormida todo el día?
y entonces llegará el otro domingo y tal vez, sólo tal vez,
ya no quieras esperar o pienses
que la siguiente semana estaré de vuelta el domingo.
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