viernes, 11 de septiembre de 2009

VOCES Y SILENCIOS

He convencido al miedo de alejarse mientras en el silencio, la ausencia, tu propia ausencia se revela... La soledad en estos días tan ajenos ya no duele, no lastima más mis años, dejé de pensar en mis hijos, en mis libros, en ti, en la distancia y hasta en mis perros; aún cuando todo haya venido a bien, conservo la herida que duele desde adentro, desde mis entrañas... Sigo mirando al mar desde la ventana, intentando sumergirme en lo apacible y no logro convencerme, es la ansiedad, ansiedad de otra vida, de otras manos, de otra piel y otros labios... Sigo contemplando al cielo en las noches, ya no te miro en la luna, ya no estás tú, no, tampoco están mis vicios... Duermo en este constante ahogo de mis ruegos; no es mi voz la que suplica, no soy yo la que sueña, no soy yo, dejé de serlo... Busco entre mis manos las caricias, el pequeño juguete de mi hijo, sólo esta ausencia, que embarga y, sin saberlo, me convierte en un ser de piedra, con el corazón frío, con el alma negra... Camino lentamente hacia el olvido, sufriendo sin sufrirlo, dejando a un lado los recuerdos de los niños, las sonrisas, los cumpleaños, los amigos... dejé de ser, dejé de existir y ahora, soy una más en este mundo de voces, de silencios...

1 comentario:

  1. ASI MI AÑORADA NIÑA, ASI DEBES DE ENFRENTAR LAS COSAS QUE TE DAÑAN, ESCRIBIENDO Y ABORTANDO EL DOLOR Y LA DESEPCION DEL RECIENTE PASADO.
    LAS COSAS Y TU VIDA PUEDE QUE CAMBIEN COMO LO ESPERAS Y DESEAS.

    ResponderBorrar

Agradezco tu comentario.