No hay lunas en los sueños,
ni sueños en mis lunas,
ya no hay soles eternos
ni eternidad futura…
No hay esa luz radiante
que toque el alma mía,
no hay alma que te cante,
ni canto que sea elegía…
No hay caricias nuevas
que vistan de tibieza,
no hay penas eternas
que quiten la entereza…
No hay un algo que apague
el paso encaminado,
ni ruegos que amaguen
mi corazón mermado…
Ya no hay versos que llenen
los lagos de mis ojos,
ni hay palabras huecas
que llenen mis abrojos…
No hay mentiras bastas
que cierren mis heridas,
no hay sonrisas castas
que hagan feliz mi vida…
No hay nada que me abata,
sentirme a la deriva,
si algo no me mata
me hace más fuerte, vida.
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