jueves, 3 de septiembre de 2009

BOSQUES AZULES

Lucho incesantemente ante el abandono,
corro con los pies descalzos
que caminaron las veredas de los bosques,
bosques azules de marchitas esperanzas.

Parece que la promesa de la muerte
queda en sólo promesa,
mientras el veneno infinito
sigue corroyendo mi mente de ámbar.


Locuras y estertores sonidos
acuden a mi encuentro,
no encuentro remanso alguno sólo sombras
que se yerguen atemorizando mis sentidos.

Sigo cayendo en este agujero
a todas horas, cada instante,
sembrando a puro golpe
un millón de dudas en tu pensamiento.

Crees que soy yo la que se equivoca,
pero no estás aquí, soportando cada día
la soledad que seca lentamente mis fuentes,
que desgasta mi antes fértil tierra.

No escuches tus placeres encontrados,
no silencies tus latidos olvidados,
estoy aquí esperando que decidas
darle luz a este paisaje encantado.

Decide tú la vida en este paraje,
convierte pues mis frutos en tus cantos
y labra con tus manos estos campos
sedientos de tus ríos de por vida.

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