Te esperé entre las ruinas
de un amor que se desgasta
con el tiempo,
entre las sombras que se llenan
de perdón y desconcierto
te esperé aquí, sentada en la silla
en la que escribías cartas
a los cuatro vientos,
en la que dibujabas líneas
que emanaban de tu cuerpo,
te esperé tocando tus suspiros,
mirándote dormido
y en la espera se calcinaba
lentamente mi pecho,
se llenaban de dudas mis miedos
¡y los celos!
Tal vez no fui lo que esperabas…
pero te esperé en silencio,
te esperé convencida, dudosa,
revolcando mis ideas,
insertando las historias
que tejía nuestro tiempo…
te esperé y al fin llegaste
conjugando conmigo
nuestros verbos…
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