Despierta tengo siempre sueños,
sueños de cuando éramos pequeños,
cuando luchabas contra almohadas
y yo prefería siempre las historias encantadas;
me acuerdo de aquel camioncito negro
al que yo subía con mi pensamiento
recuerdo muy bien de los hoyos del pasillo
que alguien escarbaba con un utensilio;
me acuerdo de ese carro de servicio
al que yo trepaba tan sólo por vicio,
del closet en la sala en que me arropaba
y al terminar la cuenta, ustedes me buscaban,
de la fría zotehuela que yo visitaba
y tenía tesoros que nadie encontraba;
los sábados de gloria y mi vida descalza;
los grises andadores y la vista cansada;
recuerdo tus ojos que apenas brillaban;
y el canto del pájaro que vivía en la jaula;
el perro mestizo que en la noche aullaba;
recuerdo a la tía Chata y a tu enamorada,
¿te acuerdas del Trucus que traías de nalgas;
de la Paca, el Pirris, del Muecas y el Chava?
me acuerdo de esos cohetes que hacías
y que en cuanto prendías, muy pronto morían;
que teníamos guerras con soldaditos verdes
y si no haces trampa, tú casi los pierdes;
recuerdo la sombra cuando la luz faltaba
y, entre cuento y cuento, mi madre cantaba;
recuerdo tu pista, mis patines blancos,
tu pecera sucia, tus muñecos mancos;
las fichas del juego que tanto cuidabas
y aquellos cumpleaños en que me abrazabas;
recuerdo aquel día de la pierna rota,
tu cara sonriente, no en pena, de mofa;
me acuerdo de ti en las escaleras
con todos los Piapos que andaban en juerga,
recuerdo las fiestas y las noches secas,
el viento, los llantos y canciones huecas;
los sustos terribles, los juegos y dejos,
los bailes, posadas y todos los festejos
¿te acuerdas, Chabelo, de las tías rurales
con caras sonrientes entre los maizales?
Lo que no recuerdo es si dije que te amaba;
tú no lo dijiste pero sé que me amas
¿te acuerdas tú, hermano, de aquella nogada,
del abuelo Braulio y de la luna helada?
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