sábado, 24 de octubre de 2009

A RAFAEL

Han pasado tantas cosas… desde el dolor agudo del rechazo hasta la intensa desilusión de la crítica sin fundamentos de los que creí mis amigos; lastimaron mi confianza, lastimaron mis sueños y caí… caí de bruces al piso, sin una mano que me ayudara, sin un hombro para apoyarme, sólo tú… mi amigo, mi compañero, mi única verdad en el camino. Me interno en tu pecho y te miro ausente en el recuerdo, te escucho respirar lentamente como si estuvieras dormido, me inundo del calor de tu piel que en la soledad me llama, siento el latir de tu corazón cansado ¿qué haremos ahora, si el contar con los demás ya fue demasiado? ¿si creer en el entorno ha marcado nuestras ingenuas vidas?` me tienes toda, me tienes siempre, como siempre, como ahora, como ayer, como mañana… no, no tienes a nadie: me tienes a mí que he sido más que tu madre, más que tu hermana, más que tu amiga, más que tu sombra… mírame ahora, estoy aquí, dejemos de lamentarnos porque sé que lo que me hiere, te hiere, lo que te lastima, me lastima y lo que te puede hacer feliz, puede hacerme feliz y está aquí: entre nosotros.

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